Las flores del mal. Charles Baudelaire


portada 03
Título original: Les fleures du mal
Traducción: Manuel J. Santayana
Editorial: Vaso Roto
Colección : ABSTRACTA
Ilustración: Fiona Morrison
Fecha: 2014
páginas: 592
ISBN: 9788416193196

No suelo leer poesía y tampoco sé si la obra de los poetas es un reflejo o una confesión de sus sentimientos orquestada de tal manera que la sonoridad de la composición resulte ser determinante. Pero me parece claro que Las flores del mal es una poesía oscura con un tinte de tristeza que se transforma en una oda al sufrimiento, el lamento de un hombre cuyo escepticismo, su rechazo de la realidad lo colma de hartura y aburrimiento, pero que lo aprovecha de tal manera que este ejercicio  de malhumor o de desesperanza ejerce de catalizador de la creatividad que impulsa al autor hacia  la búsqueda de la belleza allí donde los demás vemos decepción, vicio o decrepitud.
Es una declaración firmada de un hombre acogotado por un hiriente hastío y una profunda tristeza. Pero quién sabe si tan solo quería dejar constancia de su visión tabernaria de esta cochino mundo y para ello escogió este fabuloso sistema que tan poquitos dominan: lanzar al mundo, cual ramillete de luminosos fuegos artificiales,  unos versos rotundos, de belleza mordaz y provocadora para revelar sus horrores y establecer que, para él,  la belleza  se encuentra, también,  muy alejada del canon establecido, solo hay que saber verla.

Soy bella, ¡oh, mortales!, cual sueño de granito,
y mi seno, que a todos por turno dio dolor,
se hizo para inspirarle al poeta un amor
cual la materia mudo y cual ella infinito.

pues, para fascinar tan dóciles amantes,
tengo, puros espejos que hacen las cosas bellas,
¡mis grandes ojos, fúlgidos como eternas estrellas!

Es el legado de la excitación del artista por el gran juego de todos los tiempos entre el ideal de la belleza en sus formas románticas y la fuerza de la cruda realidad. Momentos en los que la intensa existencia del artista parece pobre y delicada en exceso comparada con la laxa perspectiva de los hombres.
Como las claves que sirven para averiguar lo que la gente intenta hacer cuando pregunta si uno ha sido feliz o infeliz. O simplemente todo ello no es más que el trance que un poeta estreñido tiene de exponer la realidad tan escurridiza y exuberante.
Predomina una percepción del mundo un tanto deprimente que se manifiesta en la evidente mortificación, resquemor, pesadumbre y desánimo que inculca el autor en sus impactantes versos, cuya riqueza no dulcifica su dureza y complejidad.
Parece claro que Baudelaire sentía una especial atracción por la muerte y aunque declama y trata de colar una visión de lo bello es difícil encontrarla escarbando ente lo pútrido y la descomposición salvo que hay que reconocer la hermosa estética  en la descripción de asuntos tan tenebrosos y escasos de atractivo,de gracia o esplendor al menos para el común de los mortales.
Una parte de la obra se dedica a describir las rutinas de la ciudad. Los barrios de París, sus habitantes y la indudable influencia de las modernidades, reciben sus dardos envenenados pues difícilmente se encuentra entre tanto verso un resquicio para la alegría y el optimismo.
Todo indica que su verdadera pasión era la decadencia en general de este mundo tan dado a lo prosaico y tan ajeno a la belleza. Una opinión del mundo un tanto deprimente muy focalizada en el mal, la destrucción, la decadencia, el pecado en todo aquello que acecha al hombre como tentación y disfrute del diablo.
Aunque la obra consta de varias partes bien definidas: Al lector, Spleen o ideal, París, el vino, las flores del mal y la muerte, el conjunto contiene un hilo conductor evidente que no es otro que el aspecto moral y espiritual que tan mal traer ocasionó al poeta.
Una obra difícil que exige un esfuerzo importante por parte del lector pues si bien hay poemas que se leen con cierta facilidad ya sea por su temática o por su rima original también los hay cuya lectura requiere poso, paciencia y en algunos casos admitir que sobrepasan mi capacidad. Por otro lado destaca  la diligencia del traductor cuyo trabajo recrea el metro y las rimas  con excelencia evidente.

La Lujuria y la Muerte son dos chicas galantes
que prodigan los besos con salud ejemplar,
cuyo vientre impoluto bajo harapos colgantes,
pese al trabajo eterno, nunca pudo alumbrar.

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Charles Baudelaire  nació el  9 de abril de 1821 y murió el 31 de agosto de 1867en París, Francia. Fue  poeta, ensayista, crítico de arte y traductor. Su vida disipada, su permanente relación con los bajos fondos de París, sus disputas familiares, su  presencia habitual en los prostíbulos le causó la repulsa general y la enfermedad que lo llevaría a la tumba.Baudelaire 01 Considerado  el padre de la poesía moderna.  La  publicación de «Las flores del mal» (1857) provocó un gran escándalo que generó   el secuestro de la edición y el procesamiento del autor y el editor por «ofensas a la moral pública y las buenas costumbres».

Otras obras

Los paraísos artificiales
Los despojos

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